La sorpresa en el sonido

La capacidad del ser humano para captar los sonidos, a pesar de limitada, es sorprendente, cada composición musical o que lleve implícita una pista o track de audio nos permite captar diferentes niveles de profundidad en cada uno de los sonidos utilizados en dicha pista o track.
Un ejemplo tangible puede ser una radionovela, o alguna narración en una pista audible, lo más probable es que encontremos en el primer plano (aquel que percibimos primero y a mayor volumen) la voz del narrador, en segundo plano (por debajo de este nivel) pueden ir los efectos de sonido incidentales, como pasos, puertas, cristales, en tercer plano pueden ir los efectos ambientales, es decir, aquellos que nos sitúan en un lugar preciso, en un cuarto plano puede existir un fondo musical y etc.
Lo impresionante es que cada uno de estos planos nos permite, sin necesidad de alguna imagen, situar al escucha en un momento y lugar determinado, tomarlo de la mano y llevarlo a dónde nosotros queremos. Todavía más sorprendente resulta oirlo en una canción de 3 a 4 minutos de duración, porque no sólo juegan los fondos audibles, sino las armonías y tonalidades de cada uno de los instrumentos involucrados en la composición musical. El extremo de la sorpresa es escucharlo en un spot publicitario de 20 segundos de duración.
Lo importante es que cada uno de estos factores juega un papel importante para involucrar a aquel que nos escucha, o para perder su atención, porque no sólo jugamos a vender una historia, una canción o un producto, sino que influimos en el estado de ánimo de las personas por medio de todos estos elementos, que a la larga se convierten en el sello de un producto, el estilo de un artista o el buen sabor dejado por un audiolibro.